Llegó el momento de apagar las luces de neón. Preguntarnos si el tiempo nos ha cambiado por completo. Si todavía queda algo de aquellas noches de verano, cuando el sol sorprendía cada día desnudos en el mar muriéndonos de risa tratando de explicar cómo llegar tan sólo con nuestros besos desde allí hasta el sol.

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