Con la sensacion inevitable de estar en el lugar equivocado en el momento mas inoportuno.


En lo alto de aquel rascacielos, en el restaurante más alto del mundo, allí estaban ellos dos. Era obvio que era una de sus primeras citas. Ella casi no había probado el helado y se tocaba continuamente el pelo mientras miraba la mesa. Él trata de captar su atención y de hacerla reír todo el tiempo. "¡Qué parados son en este país!", recuerdo haber pensado atravesándoles para contemplar todas esas lucecitas que nos rodeaban. En un gesto inconsciente me levanté para sacar una foto de la Perla y escuchar de qué hablaban. Naturalmente me quedé con cara de tonta al recordar que no estaba en mi continente.

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