Mari y Takakashi están sentados en los columpios, uno junto al otro, en un parque desierto a altas horas de la madrugada. Takakashi tiene los ojos clavados en el perfil de Mari. En su rostro se lee desconcierto. Prosigue la conversación de antes.
-¿Que no quiere despertarse, dices?
Mari no responde.
¿A qué te refieres?- pregunta él.
Mari enmudece y mira hacia el suelo. Vacila, aún no está preparada para hablar de ello.
- Oye, ¿y qué tal si camináramos un poco? -propone Mari.
- Vale. De acuerdo. Andar es bueno. Anda despacio y bebe mucha agua.
- ¿Y eso qué es?
- Ése es el lema de mi vida. Anda despacio y bebe mucha agua.

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