Lo que no se forma por completo.


Miró de nuevo el reloj. Ya eran las ocho. ¿Dónde se había metido? Quizás esa no era su casa, quizá se habría equivocado y se había metido en otra cualquiera. ¡Qué tontería! ¿Cómo podría haber entrado? En fin, mejor sería que tendiera la lavadora y se pusiera el pijama, a esas horas ya no iban a ir a ningún lado.

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