Las cosas están como dijiste una vez, sentados en una terraza, que estarían.
"Tú vas a estudiar arquitectura", y sonreías. Yo te miré sin ser consciente de que el instante se estaba grabando a fuego en mi memoria y te dije que no, sin más. Suponía que siempre ibas a estar ahí para ayudarme a elegir en la vida, que me verías rellenar el papel en el que decidiría mi futuro y en ese momento te miraría y te diría que tenías razón, sonriendo, porque en mi cabeza ahora siempre te quiero sonreír.
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