La vida es el segundo que tardé en conocerte.

Quédate, que a esta terminal le dan igual tus sentimientos. Y yo, carita de tonta, alérgica a todo cuando tú te vas y siempre acabo pensando: "quizá debería cuidarte algo más". Y aquí en Madrid, cuando se hace de noche y me falta tu cuerpo viene sin permiso protestando el invierno y mis dedos preguntan "¿Dónde te has metido?"

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