Me fascina que se haga bola.

Me encanta mi bicho-bola. El día en que lo conocí no se hizo bola y le pude ver muy bien la mirada. Mi bicho-bola me hizo cosquillas y de momento he procurado estar siempre a su lado, no me importó esperarle. Me parece adorable que le guste estar abrazado a mis abrazos y que me mire con esos ojillos cuando le miro con la cabeza en su ombligo. Mi bicho-bola y yo no entendemos que es eso del tiempo, vivimos el presente y si nos tenemos que separar nos hacemos bola los dos y esperamos a que afuera las cosas sean más bonitas para deshacernos. Mi bicho-bola es brillante y plateado y si le trato bien me baja una estrella para que no me afecte tanto la ola de calor, además me deja elegir la que quiero y yo siempre escojo la más chula.
Me encanta tener a mi bicho-bola entre las manos porque me hace sentir importante.























Éste es el pelo del cogote de mi bicho-bola recién levantado y sin peinar.

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